Niebla, cementerios de césped impoluto y lápidas torcidas, mansiones encantadas, fantasmas amenazantes… Elementos poco habituales en un país soleado, que vive en la calle, como el nuestro. Por eso muchos han negado que existiera literatura gótica en España. Ni por ambiente, ni por tradición, ni por carácter o religión podía darse este tipo de textos en este país. Y, si bien es cierto que los escritores ingleses, alemanes, franceses e, incluso, estadounidenses acaparan este género, no lo es menos que en España hay literatura romántica, de leyendas históricas, de crímenes, de magia, de fantasmas y espiritistas, literatura romántica.
Si lo sano es lo clásico, lo enfermo es lo romántico. El olor a enfermedad y muerte que se une al amor, ese es el inicio de la novela gótica. Una declaración de intenciones en contra del orden social. El gusto y deleite en lo horroroso, lo macabro, como otra categoría de lo bello. Y en nuestros autores patrios encontramos ejemplos de esto: Pardo Bazán, Valle-Inclán, Bécquer, Zorrilla… La literatura gótica en España existe, aunque a veces no la hayamos reconocido como tal.
Esta literatura que se desarrolla desde finales del XVIII hasta principios del XX en España será nuestro principal nicho de publicaciones. Autores que han escrito a la muerte, a los espíritus, que han traducido o copiado a los extranjeros. Escritores y escritoras que sintieron interés por explorar lo extraño, las aventuras bizantinas con toques de misterio, los cementerios solitarios, los castillos medievales. Y, junto a ellos, los ilustradores que mejor podrían interpretar esos textos. Artistas que muestran interés por esa literatura gótica en España que, sin tanta fama, es nuestra y que ellos hacen suya. Esperamos que los textos que estamos ilustrando os resulten tan interesantes como a nosotros y que los disfrutéis tanto como nosotros lo estamos haciendo en su preparación.