En el Museo del Romanticismo nos preguntaron qué había pasado con la hija de Espronceda y de Teresa Mancha. Esta es su historia.
Como en el caso de su madre, de Blanca tampoco se encuentra demasiada información contrastada. Sabemos que nació en 1834 en Madrid. Dos años después Teresa abandonó a Espronceda y, con él, a su hija Blanca. Espronceda se hizo cargó de la hija, mientras que la madre se refugió en los brazos de Narciso de la Escosura. Aquí empieza el folletín.
Narciso era hermano de Patricio de la Escosura, amigo íntimo de Espronceda. Y, por tanto, si no eran uña y carne, al menos eran conocidos. Algunos dicen que los amantes de Teresa se batieron en duelo, pero no hay pruebas. Podría ser Narciso el hombre con el que la amante de Espronceda habría huido a Valladolid. Otros dicen que Teresa y el nuevo amante llegaron a casarse y que tuvieron otra hija. El caso es que, cuando Teresa murió en 1839 en la calle Santa Isabel de Madrid, la casa debía pertenecer a Escosura.
Saltamos a 1854 cuando, tras quedarse viudo, Narciso se casa con ¡Blanca Espronceda!. Sí, la hija de su amante/esposa, la del amigo Espronceda, la joven abandonada y huérfana. De este matrimonio nacieron tres hijos: Luz, Narciso y José.
En 1884 Blanca publicó parte de la obra de su padre con la promesa de hacerle una edición cuidada y completa, con nuevas obras inéditas. Pero solo se publicó un primer tomo y, por desgracia, descuidada y que, prácticamente, sigue otras ediciones previas. Debió morir hacia 1900.
Poco más podemos contar sobre ella. Las biografías de Teresa y de su hija, Blanca, están incompletas. Quizás nunca conozcamos más detalles de sus vidas.