El ministro González Bravo, protector de Bécquer, vivía en la calle Lope de Vega en la década de 1860. En la calle Cervantes, a escasos 20 metros, reunía el vizconde Torres Solanot a los espiritistas que practicaban sesiones de mediumnidad. Bécquer y los espiritistas tuvieron se cruzaron en esas calles del Barrio de Las Letras.
En la revolución de septiembre de 1868, la casa de González Bravo fue asaltada y, como resultado, el manuscrito que Bécquer le había entregado con sus Rimas originales se perdió. El poeta, caído ahora en desgracia, se exilió de la capital. Los liberales habían llegado al poder y los movimientos más progresistas se vieron apoyados desde el gobierno. Socialistas, feministas, masones y espiritistas disfrutaron de un periodo de libertad para poder divulgar sus ideologías y creencias. Bécquer dedicó ese tiempo a recordar aquellas Rimas perdidas y reescribirlas en el Libro de los gorriones.
Un poeta como él, interesado en fantasmas, en la muerte, en si «¿es todo, sin alma, podredumbre y cieno?», etc. sintió interés por la metempsicosis y por las mesas parlantes. También la reina Isabel II asistió a alguna sesión de espiritismo.
El 22 de diciembre de 2023 estaremos en Madrid, en la librería El Lentejo y La Castañuela, a las 19h. para dar más información sobre Bécquer y los espiritistas.