Se cumple un año de la publicación de Canto a Teresa de Espronceda. Hoy os traemos una entrevista a Antonio del Hoyo, el ilustrador que aceptó el reto de esta editorial que nacía justo con esta edición.
- ¿Cómo afrontaste el proyecto? ¿Qué te sirvió de punto de partida?
El texto me sedujo desde las primeras lecturas, pero al cabo empecé a interpretar que Espronceda no estaba siendo sincero u objetivo en el relato de la historia que contaba. Una lectura más analítica me hizo pensar que parte del texto era una excusa, una proyección de algún tipo de culpa sobre Teresa, cuya voz faltaba en la obra. Así que decidí complementar la obra con la supuesta versión de Teresa Mancha a través de las ilustraciones. Ya en las primeras páginas, cuando el poeta mira el cadáver de Teresa, ella aparece junto a él en forma de fantasma, reivindicando también su mirada propia.
En ese aspecto, me fue muy útil la lectura de Teresa, de Rosa Chacel.
- La paleta de colores también comunica, ¿puedes hablarnos de esto?
El poema habla de una historia de amor que nace, crece y muere, al igual que los protagonistas. Teresa muere literalmente y, para mí, Espronceda queda sentimentalmente herido de muerte. Quería que la paleta de colores contase también ese relato. Aunque al empezar, a modo de prólogo nos encontramos con el negro luto, en cuanto Espronceda empieza a recordar, saltamos a los colores de la vida. Las ilustraciones van entonces desde los rojos apasionados y los morados engreídos a los verdes y marrones de la putrefacción que llega con el final.
- ¿Utilizas siempre la misma técnica? ¿De qué depende?
Generalmente trabajo en digital (Photoshop y Procreate) o mezclo texturas hechas con lápiz y acuarelas con lo digital. Al final, el trabajo hay que entregarlo en archivos digitales y es un medio en el que me encuentro cómodo, por lo que aunque a veces empiece abocetando con lápiz, enseguida salto al ordenador.
- ¿Qué destacarías de esta edición? ¿Qué aporta?
Yo pienso que editar los textos clásicos en este tipo de formatos los acerca al público. Parece que los saca del estante de libros intocables y los mete en la categoría del libro objeto, de ese libro que apetece tocar, hojear, releer y revisar con ojos contemporáneos.
Esta edición está cuidadísima. El libro tiene un tacto en la cubierta que sorprende y que cuadra a la perfección con el concepto del libro. El exterior negro con las guardas rojas nos recuerdan a un ataúd, las ilustraciones añaden una segunda voz al texto y establecen un diálogo con él. En el diseño del libro están cuidados y calculados los silencios entre las páginas, el ritmo de lectura… Se ha tenido mucho en cuenta la experiencia final del lector al diseñarlo.
- Las ediciones ilustradas parece que se relacionan más con lo infantil o juvenil, ¿por qué es también interesante para los adultos?
Un libro ilustrado es mucho más que un texto o una historia con ilustraciones. Es todo un universo. Eso los más pequeños lo entienden a la perfección: lo releen, pasan las hojas en uno o en otro sentido, lo tocan, juegan con el libro, quieren escucharlo…
Esa experiencia no debería estar limitada al mundo infantil, de la misma manera que no hay únicamente cine o literatura infantil. Lo entendemos mejor con los cómics, donde tenemos claro que podemos leer historias adultas y proposiciones muy complejas a través de las viñetas. Afortunadamente el mercado se va llenando cada vez más de literatura adulta ilustrada.
Esperamos que con esta entrevista a Antonio del Hoyo conozcáis un poco más al ilustrador, su obra y nuestra editorial.
Recordad que tenéis Canto a Teresa en nuestra tienda.